El objeto de la educación es preparar a los jóvenes para educarse a sí mismos a lo largo de sus vidas. (Robert Maynard Hutchins)
Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñes (José Ortega y Gasset)

domingo, 5 de febrero de 2012

Figuras estilísticas.

(Teoría literaria del tema 6, pág. 104)

ALITERACIÓN.
Esta figura retórica consiste en el efecto sonoro producido por la repetición consecutiva de un mismo fonema, o de fonemas similares, vocálicos o consonánticos, en una oración o en un verso. En ocasiones, la aliteración suele sugerir imágenes relacionadas con los sentidos, como el sonido del viento, el del agua, o el del paso de un coche.

El ruido con que rueda la ronca tempestad. (Zorrilla)
La libélula vaga de la vaga ilusión. (Rubén Darío).
A las aladas almas de las rosas... (Miguel Hernández).
En el silencio sólo se escuchaba / el susurro de las abejas que sonaban.(Garcilaso de la Vega).

ANÁFORA.
Consiste en la repetición de la primera palabra o palabras de un verso en versos distintos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
(Miguel Hernández)

PARALELISMO.
Se trata de la semejanza formal en la estructura entre distintas secuencias de un texto.

Tú me destierras por uno;
yo me destierro por cuatro.

SINESTESIA.
Es una figura retórica que mezcla sensaciones auditivas, visuales, gustativas, olfativas y táctiles.

Es de oro el silencio. La tarde es de cristales.
en el cénit azul, una caricia rosa!
por el verdor teñido de melodiosos oros;
(Juan Ramón Jiménez)

SÍMIL.
Utiliza el recurso de la comparación o semejanza entre términos. Su carácter es más simple que el de la metáfora, y por ello aparece con más frecuencia que esta. En la actualidad, los repertorios de figuras literarias no establecen distinción entre el símil y la comparación[4] y se insiste en el uso de elementos de relación como “como”, “cual”, “que” o “se asemeja a” para diferenciar formalmente a esta figura de la metáfora.

Espadas como labios y labios como espadas.  (Vicente Aleixandre)

PERSONIFICACIÓN.
La personificación o prosopopeya es un tipo de metáfora consistente en caracterizar a una realidad no humana como humana, cediéndole atributos propios del ser humano (lengua, partes del cuerpo, etc.) Es decir, una personificación habla de algo no humano como por ejemplo animales u objetos. Como si se tratara de un ser humano, revistiéndolo de cualidades humanas.

Las estrellas nos miraban mientras la ciudad sonreía.
El tren tose asmáticamente por la ladera.
La ciudad era rosa y sonreía dulcemente.

HIPÉRBOLE.
Consiste en una exageración intencionada con el objetivo de plasmar en el interlocutor una idea o una imagen difícil de olvidar. Otros ejemplos

Érase un hombre a una nariz pegado. (Quevedo)
Tanto dolor se agrupa en mi costado que, por doler, me duele hasta el aliento. (Miguel Hernández)
Porque te miro y muero. (Mario Benedetti)
¡Te llamé como un millón de veces!
El folio parecía una lámina de nieve.
Sonrisa de oreja a oreja.

METONIMIA.
Es un fenómeno de cambio semántico por el cual se designa una cosa o idea con el nombre de otra, sirviéndose de alguna relación semántica existente entre ambas.

Contenedor por contenido:
Tomar una copa (tomarse el contenido de una copa).
Se comió dos platos (comerse el contenido de dos platos).
Símbolo por cosa simbolizada:
Juró lealtad a la bandera (jurar lealtad al país).
Lugar por lo que en él se produce:
Un Rioja (un vino de Rioja).
Un Jerez (un vino de Jerez de la Frontera).
Autor por obra:
Un Picasso (un cuadro de Picasso).
La parte por el todo:
No había ni un alma (ni una persona).
El balón se introduce en la red (la portería).
La materia por el objeto:
Un lienzo (un cuadro).
El nombre del objeto por el de otro contiguo a él:
El cuello de la camisa.